Más allá de los medios de comunicación

En este blog podrá encontrar comentarios acerca de los medios de comunicación. Reseñas o comentarios de libros. Historias y cuentos.

Monday, August 20, 2007

LA TÉCNICA DEL CUENTO

(Antón Chejóv)

RESEÑA

El documento está compuesto por seis fragmentos de cartas que Antón Chejov escribió a escritores que, según entiendo, están iniciando o están perfeccionando su técnica.

El primero de dichos fragmentos, es el de una carta dirigida a Alexander P. Chejóv. En éste se puede notar que para Chejóv la subjetividad a la hora de escribir un cuento, es un error. Para él, la subjetividad deja ver las manos y los pies del autor. “Dejar de lado esa subjetividad resulta tan fácil como tomarse una copa. Pero se requiere ser más honesto, lanzarse por la borda donde sea, no interponérsele al héroe de nuestra novela, renunciar a uno mismo aunque sea durante media hora”. En este caso, no me atrevo a refutar nada de lo que le escribe a Alexander Chejóv, sin embargo considero que es bastante difícil dejar dicha subjetividad, dejar de ponerle algo de nuestra personalidad, o de lo que quisiéramos ser a nuestros personajes y, aún más, cuando no dominamos la técnica. Quizá en este aspecto esté más de acuerdo con Julio Cortazar o con Horacio Quiroga, que con Chejóv. Para los dos es importante que cuando se escriba, se haga como si el autor del relato fuera uno de los personajes.[1]

El segundo fragmento que presenta el documento, pertenece a otra carta dirigida a Alexander Chejóv. Aquí Chejóv, le aconseja a Alexander que en un cuento no es necesario hacer descripciones demasiado largas y que deben tener un efecto determinante y, más, cuando se trata de descripciones de la naturaleza. También le aconseja que evite la descripción en la mente del héroe, puesto esto debe quedar claro a partir de las acciones del protagonista. En este aspecto estoy de acuerdo con Chejóv. Aunque me crea un poco de duda, pues en estos días leía un cuento de Oscar Wilde, en el que describía un aspecto de la naturaleza de la siguiente manera: “Volaban los pájaros gorjeando alegremente y las flores se asomaban por entre el verde césped y se reían.”[2]. Chejóv es claro en la carta cuando le dice a Alexander que frases como: “el sol se bañaba sobre las olas del mar que oscurecía vertiendo su oro morado” o “las golondrinas que volaban sobre la superficie del agua gorjearon alegremente” debían desecharse. Entonces, para Chejóv ¿el cuento de Oscar Wilde no hace una descripción auténtica de la naturaleza? ¿Cómo puedo darme cuenta de cuál es una buena descripción y una mala para lograr un efecto determinante?

El tercer fragmento, pertenece a una carta para I.L. Sheglow. En ella le dice a este escritor que ha cometido el error de hacer descripciones exageradamente detalladas. Le aconseja que no deje caer el suspenso, que no le dé la oportunidad al lector de recuperarse de lo que está leyendo. Al igual que Chejóv, otros escritores de cuentos, opinan lo mismo. Entre ellos, puedo mencionar a Juan Bosh. Para Bosh, lo fundamental es mantener vivo el interés del lector y por tanto, no dejar perder la tensión, que es más importante tener intensidad en el cuento que extensión. Y ahora que mencionó esto de la intensidad y la extensión, se me es inevitable recordar cuentos de Augusto Monterroso, como por ejemplo: La rana que quería ser una rana auténtica y el cuento del dinosaurio. Estos son cuentos muy cortos, el primero, no tiene más de una página y el segundo, más de de tres renglones, y, sin embargo, logran para mí, ser muy buenos cuentos.

El cuarto fragmento, es el de una carta para A. S. Souvorin. En esta carta Chejóv le responde a alguien una crítica acerca de uno de los personajes, de una obra suya llamada “Fiesta”. La crítica que le hicieron, era más una recomendación, le decían que debía desarrollar más el héroe de la obra. Chejóv le dice a quien le escribe, que a él le gusta hacer con calma sus cuentos. Pero que para esta obra no dispuso mucho de tiempo. Sin embargo, Chejóv confiesa que a veces, cuando inicia sus cuentos se deja ir, pero que a la mitad teme que se extienda demasiado y que por esta razón muchos de sus cuentos parecen al principio una novela. Que intenta hacer primero una estructura del cuento, y que en ella escoge a dos personajes donde descargar todo lo principal y que los demás personajes, como dice él, “se distribuyen sobre la tela como moneditas”.

También dice, que lo que ha escrito hasta el momento (octubre 27 de 1888) no es más que basura, comparado con lo que le gustaría escribir. Que ha tenido personajes en su cabeza que no ha dejado salir o que simplemente los ha desechado.

Para ser sincera, no entiendo muy bien lo que le quiso decir Chejóv a Souvorin. Pero puedo relacionarlo con algo que dice Julio Cortázar: “escribir es de alguna manera exorcizar, rechazar criaturas invasoras proyectándolas a una condición que paradójicamente les da existencia universal […] Pretender liberarse de criaturas a base de mera técnica narrativa puede quizá dar un cuento, pero al faltar la polarización esencial, el rechazo catártico, el resultado literario será precisamente eso, literario […]”[3] Por lo poco que puedo entender, Chejóv no ha logrado exorcizar muchos de sus personajes. Quizá porque es demasiado objetivo.

El quinto fragmento, es de otra carta para Souvorin. En ella Souvorin le reclama su exceso de objetividad. A esto Chejóv responde, que ese es su trabajo, que no se puede poner a dar sermones en su cuento, pues aunque sería divertido, la técnica no lo permitiría. Si se pusiera a dar una clase de moral con sus cuentos o a ser subjetivo con sus personajes, se extendería demasiado y dejaría de ser un cuento su escrito. Chejóv dice que confía plenamente en que el lector añadirá los elementos subjetivos que están faltando en el cuento. Creo que lo que sustenta Chejóv acerca del lector es cierto. O como diría Oscar Castro García: “Es propicio de la escritura no decirlo todo de una vez, dejar que los lectores u oyentes complementen, indaguen, imaginen y concluyan”.

Y el sexto, y último fragmento, pertenece a una carta dirigida a E, M. S. En esta Chejóv felicita a esta mujer. Le dice que ha ido perfeccionando su estilo, que tiene seguridad para escribir. Pero que le hace falta fuerza los finales. También le dice, que pareciera que no corrigiera sus cuentos, que les deja demasiada información que se hace innecesaria. Que lamentablemente la obra de ella carece de concisión, que es lo que precisamente le da vida a las obras breves. Chejóv le escribió una frase que me gustó mucho para explicarle lo que sucedía con sus cuentos: “Para esculpir un rostro en una pieza de mármol es necesario quitar todo aquello que no es de la cara”. Este fragmento me hizo recordar lo que hablaba en estos días con algunos compañeros: la economía de palabras. Par un buen cuento no es necesario describir demasiado lo que no es importante para mantener la tensión, como se puede hacer en una novela, basta con tener las palabras correctas, las palabras precisas, no dar muchos rodeos para describir las acciones. En un cuento el autor no se puede dar el lujo de perder al lector, no lo puede dejar ir.



[1] CORTÁZAR, Julio. Del Cuento Breve y sus Alrededores.

[2] WILDE, Oscar. El Príncipe Feliz.

[3] CORTÄZAR; Julio. Del cuento breve y sus alrededores.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home